Por suerte o por desgracia a veces nos toca emprender porque no nos queda más remedio.
Hasta hace poco se emprendía poco. Aquellos que se lanzaban, era porque tenían espíritu emprendedor. En la educación escolar a penas se hablaba de emprender porque se entendía que cuando terminamos de estudiar buscamos trabajo o estudiábamos una oposición.
Ahora el escenario es diferente. Los trabajos no son para siempre y cambiaremos de trabajos de forma más habitual. Las empresas tampoco duran para siempre. Ello puede favorecer que pueda haber más emprendimiento en algún momento de nuestra carrera profesional. Por otro lado existe más formación en la educación inicial y se organizan jornadas, premios, etc que fomentan el emprendimiento. Hay más espacios de trabajo para generar sinergias entre emprendedores. La opción de terminar los estudios universitarios o de formación profesional y tener una idea y con otros amigos crear una empresa está más normalizado.
Todo cambia más deprisa, el entorno es más incierto, no podemos planificar nuestras opciones y estrategias…. y dependemos de actuaciones que no podemos controlar, tanto políticas, medioambientales, sanitarias… Con lo cual tenemos más posibilidades de que algo no funcione sin saber por qué (el 80% de las nuevas empresas no dura más de tres años). Al igual que puede que el éxito parta de una buena idea y tener un camino favorable debido a los agentes externos. Con más razón tenemos que pasar a la acción y emprender.
Con este entorno tendremos que potenciar la perseverancia , la resiliencia y flexibilidad , y poder optar a segundas opciones, considerándolo como un proceso natural dentro del emprendimiento. Volverlo a intentar con menos presupuesto, sacando el producto o servicio lo antes posible. Aprovechar los recursos que tenemos en internet como herramienta de trabajo, para ofrecer nuestro servicio o darse a conocer como profesional. Tener en cuenta los nuevos avances para incluirlos en nuestro esquema empresarial como son la Inteligencia Artificial, Big Data, etc… buscar negocios más digitales, globales, sostenibles
Además muy importante, emprender en un sector que conozcamos , la experiencia es un grado. El perfil habitual de emprendedor ronda los 40 años y ya ha tenido experiencia previa en un sector. Así como poseer una formación emprendedora y tener desarrolladas una capacidades sociales para manejar de manera apropiada nuestro entorno empresarial.
Tener una capacidad de respuesta al miedo de nuestro entorno incierto en el mundo laboral nos hará reaccionar más rápidamente que otros, porque no sabemos que nos tocará vivir.
Desde Esforma formamos a las personas que desean comenzar su emprendimiento, así como un seguimiento para mejorar su estrategia y capacidades en el ámbito emprendedor. Nuestros socios llevan desde el año 2000 desarrollando planes de formación para emprendedores, realizando consultoría personal en proyectos de emprendimiento y autoempleo, así como acciones formativas a través de diferentes metodologías como la Era de los valientes, Lego® Serious Play® y dinámicas activas, promoviendo y mejorando las competencias y estrategias emprendedoras.
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